El martes 2 de marzo, el titular de la UFIJ N.° 5, Dr. Sergio Manuel Terrón, solicitó la conversión en prisión preventiva de la detención del imputado M. E. M., acusado del femicidio de su expareja Úrsula Bahillo, el pasado 8 de febrero pasado, en la ciudad bonaerense de Rojas. Además, requirió la elevación a juicio en el marco de la IPP 04-00-001151-21, remitiendo los autos para resolver al Juzgado de Garantías N.° 3 a cargo de la doctora María Laura Durante.

En su presentación, el fiscal relató que el mismo día del hecho, en horas de la mañana, el imputado M. E. M. había sido convocado por la Ayudantía Fiscal de Rojas para ser notificado de la imposición de un perímetro que le vedaba acercarse a Úrsula Bahillo, documento que tenía en su poder al momento de su aprehensión, según surge del acta de procedimiento.

Sin embargo, según pudo saberse por la transcripción del CD con audios y conversaciones por medio de mensajería por WhatsApp, había concertado un encuentro con la víctima en horas de la tarde.

En este punto, el fiscal señaló que este encuentro debía valorarse, insoslayablemente, desde una perspectiva de género, entendiendo que en el caso se trató de una  mujer manipulada que al no poder romper una telaraña de amenazas y violencia, acudió  a hablar con el imputado para aclarar la situación que estaban viviendo y por la que lo había denunciado.

Resaltó que, con la víctima a bordo de su vehículo, el imputado se alejó rumbo al paraje distante aproximadamente a 10 km de la ciudad de Rojas, un lugar con frondosa arboleda, con un río en las proximidades, totalmente inhóspito. Allí, con la víctima a su merced, sin posibilidad de ser auxiliada por persona alguna, habría realizado el feroz ataque con un cuchillo que tenía en su poder y que habría llevado con dicho propósito, ocasionando la muerte de la joven, de apenas 18 años de edad. El fiscal aclaró en la presentación a la que se alude, que el cuchillo se encontraba  secuestrado en autos.

Según prosiguió, luego del hecho, el detenido se comunicó con su tío y le pidió que fuera  solo, montando una escena para hacer creer que existió un ataque previo de la víctima o, tal vez, una tentativa de suicidio. Sin embargo, cuando por fin arribó su tío al lugar, luego de ser guiado por M. con sucesivas llamadas telefónicas, al advertir la presencia de personal policial, emprendió una carrera buscando escapar, hasta ser aprehendido a unos 1000 metros del sitio donde se encontraba.

Por los elementos colectados, el Dr. Sergio Manuel Terrón entendió que M. sería el autor del hecho, el que encuadró en la figura del homicidio doblemente calificado, por tratarse de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género (femicidio) y por mediar alevosía, en los términos del artículo 80, incisos. 2 y 11 del Código Penal.