El origen de este operativo se inició en la madrugada del 15 de febrero de 2024, cuando un joven gravemente herido ingresó al Hospital de Emergencia Domingo Angio, ubicado en Barrio Concejal Alfonzo de José C. Paz. 

Los investigadores de la UFI N.° 4 del Departamento Judicial Moreno – Gral. Rodríguez, liderados por el Dr. Federico Soñora, tomaron el caso de inmediato, dada la brutalidad del crimen, que incluyó la amputación de un dedo meñique y el secuestro de la víctima durante tres días, y se requirió la colaboración de la División Especializada en Homicidios de Policía Federal.

Al respecto, se logró establecer que el ajuste de cuentas estaba vinculado al tráfico de estupefacientes. Los perpetradores lo maniataron, le vendaron los ojos, lo encapucharon y lo trasladaron en auto hasta un predio conocido como "La Tranquera" en Moreno, donde lo ataron de pies y manos a una silla.

Así se pudo establecer que, tras pegarle, durante el período en que mantuvieron cautivo al joven, lo sometieron a tormentos físicos y psicológicos, llegando incluso a tatuarlo de manera deshonrosa y amputarle un dedo utilizando herramientas como una amoladora. 

Finalmente, tras tres días de horror, la víctima fue liberada en las cercanías del Hospital de Emergencias Domingo Angio. Asimismo, le pidieron plata a un hermano del damnificado para proceder a la liberación.

La eficiente colaboración entre la UFI N.° 4, la División de Homicidios de la Policía Federal y la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos del Municipio de Moreno resultó en la identificación de los implicados y la localización de los puntos de venta de drogas. 

Como resultado de cuatro allanamientos, cinco personas fueron detenidas y se desmantelaron cuatro "bunkers" de venta de drogas, entre los que destacaba uno conocido como "La Tranquera", cuyo acceso estaba controlado por individuos armados.

En los operativos se incautaron armas de fuego de alto calibre, así como una gran cantidad de drogas, incluyendo marihuana y cocaína dispuestas para la venta: 144 bolsas conteniendo "bagallitos" de marihuana, 615 bolsas con “papeles” de cocaína. Además, se encontraron evidencias como una máquina de tatuar y una amoladora, presumiblemente utilizadas en los actos de violencia perpetrados contra la víctima.